El cliente, propietario de un hotel con encanto en un núcleo rural ubicando entre Asturias y León, tenía en mente ofrecer a sus clientes servicios con mayor valor añadido.
En cuanto se puso en contacto con Pipor y nos trasladó su idea nosotros le dimos forma, primeramente, como hacemos con todos nuestros nuevos proyectos, estudiamos las necesidades del cliente, analizamos el terreno y planificamos la zonificación para determinar la zona de uso.
El proyecto situaba la instalación en una pareja natural entre el bosque y un río, por lo tanto el impacto se debería de minimizar y hacer todo lo posible para equilibrar entorno y conjunto arquitectónico.
La solución aportada por nuestros expertos se fundamentaba en anexar la cubierta de la piscina a una estructura ya edificada, de tal manera que permitiría el acceso a la piscina desde el interior de ésta en los días climatológicamente más adversos. El conjunto proyectado tendría una forma de L , de esta forma se optimizaría el espacio total y permitiría crear una zona adyacente muy polivalente. Dicha zona se aprovecharía como solario, por las noches como zona de cocktails o incluso como espacio chillo ut.
Finalmente la cubierta se ideó con una estructura fija de grandes paños y con amplios accesos, marca personal de Pipor, con lo que se conseguía aligerar el impacto visual, además el color más apropiado para realizarlo en un tono especial de marrón aprovechando el color predominante del cobertizo y las arboledas del entorno, homogeneizando de esta manera el conjunto resultante.
El propietario del hotel ha quedado muy satisfecho por esta instalación, y desde ya sus clientes ya se están aprovechando de la cubierta Pipor.