Uno de los factores más importantes a la hora de bañamos en una piscina es la seguridad. Un resbalón o una caída inesperada pueden acabar rápidamente con la diversión y a veces desembocar en accidentes graves y desafortunados.
Como sabemos, los más pequeños son los más vulnerables en estas situaciones de peligro, por eso la precaución nunca es demasiada cuando se trata de protegerlos.
Ni caídas, ni resfriados
Una solución para reducir los riesgos de tener una piscina con niños en casa es instalar una cubierta. Para empezar, porque mientras esta esté
cerrada nos aseguraremos de que nadie puede acceder a la piscina. Los niños suelen aprovechar cualquier despiste de los adultos o momentos sin vigilancia para hacer lo que les viene en gana. Si quieren tirarse a la piscina sin permiso o acercarse peligrosamente al borde, una cubierta lo impedirá y los mantendrá a salvo de posibles caídas.
Otro aspecto que no debemos pasar por alto es la temperatura del agua. Mientras los niños están disfrutando del baño ni siquiera el frío parece importarles. Sin embargo, pasar demasiado tiempo dentro del agua o bañarse a horas menos cálidas puede desencadenar resfriados o enfermedades. Una de las ventajas de las cubiertas de piscina es que permiten aprovechar todo el calor del sol: crean una especie de efecto invernadero que retiene el calor y hace que la temperatura dentro de la cubierta sea más alta. Si los más pequeños quieren darse un baño un poco más tarde de lo habitual, no tendremos que preocuparnos por que se constipen o pasen frío.
Piscinas más limpias
Por otro lado, cubrir nuestra piscina implica dedicar menos tiempo a su limpieza y mantenimiento. Es inevitable que a veces se cuelen hojas, ramas, insectos o suciedad que también puede convertirse en un peligro para los bañistas, sobre todo para los más pequeños. De nuevo, una cubierta puede ser la solución.
Una de las cuestiones que debemos tener muy presentes es la importancia de elegir bien la cubierta. Optar por una estructura poco segura, fabricada con materiales poco fiables y que no se adapte bien a las características de nuestra piscina puede ser contraproducente y convertirse en un peligro mayor.
Lo ideal es informarse sobre los distintos tipos de cubiertas que existen para saber cuál es el más adecuado y, si quedan dudas, acudir a un profesional que nos oriente en decisión. En Pipor damos máxima prioridad a tu seguridad y la de los tuyos, por eso todas nuestras cubiertas para piscinas incorporan un sistema de acceso bajo llave controlado por un adulto. Esta preocupación por cumplir con las más altas garantías de calidad y seguridad la trasladamos a todos nuestros proyectos. Solo así podemos cumplir nuestro objetivo: conseguir que el cliente final quede 100% satisfecho.