Cómo hacer tu piscina accesible
Hoy en día es frecuente que muchas personas se encuentren con dificultades a la hora de acceder a las piscinas, lo que hace que no puedan disfrutarlas como les gustaría. Bien porque cuentan con problemas problemas de movilidad o bien porque padecen algún tipo de minusvalía, se trata de de un tema que es necesario considerar cuando disponemos de una piscina particular.
Además, es necesario tener en cuenta que en el caso de las piscinas accesibles en comunidades de vecinos la Ley General de Derecho de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social exige facilitar a este colectivo un entorno en el que pueda estar de manera libre, autónoma, cómoda y segura.
Cada vez existe más concienciación social para estos colectivos y se toman más medidas para adecuar los accesos a estos espacios. Hoy en día existen diferentes soluciones para facilitar el acceso a piscinas para discapacitados, por lo que vamos a darte toda la información necesaria para que puedas adaptar la piscina de tu casa o comunidad de vecinos y que todas las personas puedan disfrutar de ella sin dificultades. ¡Toma nota!
Entorno de la piscina
En determinadas ocasiones el suelo o los bordes que rodean a la piscina están elaborados con materiales que favorecen los resbalones y las caídas. Para evitar cualquier tipo de riesgo, la mejor opción es recubrirlo con un pavimento antideslizante. De igual forma, es recomendable aplicar esta medida al suelo de la piscina, ya que los clásicos adoquines o azulejos también pueden suponer un riesgo.
Es recomendable que los bordes tengan una anchura lo suficientemente amplia, asegurándonos de que estén libres de obstáculos con los que podemos llegar a tropezarnos. Otra acción aconsejable es contar con protecciones blandas en las esquinas para evitar fuertes contusiones en casos de golpes.
Acceso a la piscina
A continuación te explicamos cuáles son los principales elementos que deberías incorporar para mejorar la accesibilidad a la piscina de todas las personas:
Rampas de entrada cero
Permiten que las personas con discapacidad o movilidad reducida puedan entrar poco a poco al agua, formando una pendiente muy suave. Se trata de una muy buena opción, pero el principal impedimento es que en ocasiones no se dispone del espacio suficiente para realizar este tipo de rampas. Es aconsejable instalar un pasamanos antideslizante para facilitar el acceso a la piscina.
Sillas elevadoras para piscinas
Estos elevadores permiten un acceso muy fácil y cómodo, siendo la opción más extendida y recomendada. Se tratan de grúas específicas que facilitan el acceso a la piscina de personas con movilidad reducida, y en la mayor parte de los casos funcionan con un sistema hidráulico poco complejo.
Su manejo es sencillo y no requiere un gran esfuerzo, por lo que pueden ser utilizados sin ayuda por muchas personas con discapacidad. De todas formas, se recomienda su instalación en zonas que no tengan mucha profundidad de agua para aquellos casos en los que se requiera la ayuda de una persona.
Paredes o muros de transferencia
Son muros que se encuentran al borde de la piscina con una altura similar a la silla de ruedas, aproximadamente de 45 centímetros. Estas paredes permiten al usuario colocarse en ellas sin silla e introducirse al agua a través de una serie de escalones de poca altura.
Es muy importante que estos sistemas se encuentren recubiertos con materiales que resulten no abrasivos, ya que el usuario se irá arrastrando sobre ellos y podría sufrir heridas o cortes en la piel.
En resumen; aplicando estas medidas conseguirás que todas las personas puedan disfrutar de un refrescante baño sin importar su condición física. Además, crearás un entorno seguro en tu piscina, que hará que prevengamos accidentes y evitaremos sustos innecesarios.
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